Fundacomunal conspira contra Nicolás

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Fundacomunal conspira contra Nicolás

(Noticias Kikiriki).- La complejidad de este proceso tiene quizás su mayor Talón de Aquiles en la conciencia de sus conductores. Si no se tiene claro el proceso y hacia dónde hay que encaminarlo, la construcción del socialismo se hará más tortuosa; y se hace absolutamente imprescindible llegar al punto de no retorno en esta revolución, garantía infinita de la construcción de una nueva Venezuela.

Muchas veces escuché la frase “la práctica determina la conciencia”, y en parte coincido con ello, pero la conciencia sólo es posible desarrollarla producto de una ardua formación en donde el estudio sea una condición sine qua non. Mao decía “quien no estudia, no habla”. Para el tío Miguel, la conciencia era como el norte permanente. “Es la brújula sobrino –me decía- de la que debe sostenerse todo militante, porque de lo contrario el enemigo te atrapará con mucha facilidad. Y la conciencia tiene que ver con la comprensión del proceso analizado de forma dialéctica. Pero además –decía- también la conciencia es sentido común. Una visión estratégica de que no sólo debes empujar en una sola dirección, sino que ese empuje signifique construcción”. Tal vez el tío nunca percibió lo difícil que era llegar hasta allí.

Por ello regreso al título de esta columna, porque recién el sábado pasado, el camarada Presidente de la República, se lanza un extraordinario discurso sobre la necesidad del desarrollo del poder popular en una masiva concentración en el Poliedro de Caracas. Hizo alusión al Arañero de Sabaneta y su última frase que fue precisamente “comuna o nada”. Y Maduro lo ha dicho en otras oportunidades y en actos más recientes. Es decir, hay una imperiosa necesidad de que el poder popular se asuma como un gran constructor y conductor de su propio proceso, siempre atendiendo a la vieja máxima de Simón Rodríguez “o inventamos o erramos”, por cierto frase no referida al tema ni de la educación ni de la producción, sino de la esclavitud.

La semana pasada, Valencia fue escenario de un nuevo enfrentamiento entre Poder Constituido y el Poder Constituyente. Funcionarios del Fondas y de Fundacomunal, se aparecen en la comuna El Panal 2021 y pretenden desalojar a sus comuneros que son los trabajadores de esa empaquetadora. Por supuesto no contaban con que esa comuna, ubicada en la gigantesca comunidad de Ricardo Urriera de la parroquia Miguel Peña en el sur de Valencia, tenía un inmenso apoyo popular. Simplemente porque fue el pueblo quien la construyó y de inmediato reaccionó cuando burócratas del Estado se aparecen con la intención de supuestamente aplicar normas y preceptos, que aunque pudieran formar parte de una institución, no se corresponden con la dinámica del colectivo. El pueblo terminó secuestrando de manera simbólica a estos funcionarios, hasta que una asamblea realizada de inmediato los declaró personas no gratas. Yo tengo relación directa con esa comuna, pero el hecho narrado puede ser visto en You Tube y varios videos que se hicieron, que evidenciarán lo narrado.

Más allá del impasse, porque luego hemos descubierto que funcionarios de Fundacomunal metieron sus manos, también importantes ladrones de Mercal que negocian con los pranes de Tocuyito la comida que entrega el Estado, funcionarios del Fondas y de otras instituciones del Estado, hay una contradicción de fondo que no es otra que la lucha de clases, es decir, el enfrentamiento entre el Poder Constituyente y el Poder Constituido.

Allí juega un papel fundamental no sólo el funcionariado del Estado, sino la dirección política del proceso, es decir, quienes controlan a esos funcionarios, es decir, el partido. ¿Cuándo el Estado le pretende pasar por encima a las organizaciones populares? Cuando éstas evidencian que no sólo tienen capacidad de autonomía y de crecimiento propio, sino que no acatan líneas de partido, generalmente incorrectas y viciadas. Es allí cuando se produce el choque. Porque los consejos comunales y comunas que están viciados y corrompidos, generan una alianza con el Poder Constituido, para impedir que los nuevos brotes, sanos y con futuro, emerjan de la tierra por sus propios pies. Un ejemplo es el que acabamos de vivir en Valencia, que no es distinto en el resto del país. La honestidad es un mal ejemplo si quieres vivir con lujo.

Pero además es no entender que el pueblo tiene su propia dinámica y que no puede ser sometido a la burocracia del Estado. Esa dinámica, siempre será más rápida de como caminan los incompetentes funcionarios. El problema está en que desde el punto de vista político, esa dinámica es indetenible. El propio Chávez lo decía “yo tengo un jefe y ese es el pueblo”. Cuando se asume una condición paternalista –que en su esencia es una condición contrarrevolucionaria- no se cree que en el pueblo, ni en sus poderes creadores, sino en sus potencialidades, ni en su capacidad para resolver sus problemas. Y eso es ignorar que durante 400 años el pueblo ha resuelto sus problemas, que los gobiernos y sus gobernantes han pasado pero él está allí, inventando todos los días para sobrevivir.

El Estado no es un padre, es un asistente, entrega herramientas para que ese pueblo construya su propio poder. Es fundamental la asistencia, sobre todo la económica y la técnica, pero no significa que cualquier “güelefrito” como decía Aquiles Nazoa, puede venir a imponer condiciones por el simple hecho de ser funcionario del Estado, que es sin duda, una actitud profundamente contrarrevolucionaria.

El otro punto, no menos importante, es la visión obtusa del complejo de funcionario. Fue Chávez también quien dijo “toda la patria, una escuela”. Si es así, no puede haber recinto del país que no sea utilizado para la formación. Y debería ser una obligación que en cada recinto del Estado, luego de la jornada laboral, se dedique al menos una hora a la formación, el estudio, el debate, la proyección de una película, porque la formación ideológica es clave en este proceso y más en esta coyuntura.

Los funcionarios del Estado no pueden ser unos entorpecedores del desarrollo del proceso, sino unos facilitadores en el objetivo de la construcción del poder popular. Trabajo y formación, debería ser una consigna de esta revolución. Producir y estudiar, producir y estudiar, única posibilidad de construir el socialismo del siglo XXI que tanto soñó Chávez.

Caminito de hormigas…

La última discusión entre altos jefes de la MUD, dejó el pálpito de que será difícil la reconciliación entre ellos. Un sector incluso cree que deben distanciarse de los guarimberos de Miami… Los servicios de inteligencia detectaron que un reducidísimo sector de los terroristas planea nuevas acciones para los primeros días de junio. Ello a pesar del rechazo de las guarimbas por parte de la opinión pública del país… Los trabajadores de la seguridad interna de la alcaldía de Valencia, ya no saben qué hacer pues luego de la denuncia contra los jefes Federico Esparza, Gilberto Seijas y Osneybert Centeno, fueron despedidos 15 y a los demás se les subió el horario de trabajo a 10 horas, violando la Ley del Trabajo. Ninguno cobra desde diciembre del año pasado. Al parecer, el alcalde Cocchiola se niega a tomar cartas en el asunto… En las dos últimas semanas se desató una ola de atracos y robos a la población de la Unefa de Guacara. Los motorizados se meten como Pedro por su casa. Profesores y estudiantes piden la presencia policial, pero nadie oye. Eso, en medio de la ofensiva decretada por el gobernador del estado… Nuevamente falló la estrategia de nuestro gobernador al imponer un candidato inédito para las elecciones a la alcaldía de San Diego. 87 a 11 es una proporción grosera. Errores tras errores… Vean por You Tube el video “El Juego de la Muerte”. En verdad es impresionante.

Fuente:  Rafael Rodríguez Olmos

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