Noticias- kikiriki.- Pese a la amenaza de una agresión militar por Estados Unidos contra Siria, en las principales calles de esta capital se mantiene la calma, con miles de civiles incorporados a sus habituales labores del día.
Al referirse a esa situación, el analista internacional Kamel Saquer expresó que no hay una demanda inusual de alimentos en esta capital, como suele suceder en caso de cualquier amenaza de guerra a gran escala contra un país.
El también corresponsal del diario Al-Quds Al-Arabi alertó, por otro lado, que sigue en pie la posibilidad de lanzamiento de un triple ataque británico, francés y estadounidense contra el territorio sirio.
Consideró que resulta llamativo que en medio de la eventual contingencia militar, el presidente sirio, Bashar al-Assad, recibió la víspera a decenas de familiares de secuestrados por el Ejército del Islam.
Por su parte, el periodista del canal Ikhbariya, Rabee Dibeh, manifestó que los medios de comunicación en Siria elevaron su nivel de preparación y movilizaron el personal editorial y técnico.
Incluso -aseguró- decenas de trabajadores en las diferentes televisoras sirias se mantuvieron movilizados dentro de sus canales para cubrir las incidencias de cualquier ataque de Estados Unidos, Reino Unido y Francia.
Estimó además que no se notó ningún cambio logístico de naturaleza militar o de seguridad en Damasco, pero los preparativos para repeler la agresión no pueden hacerse públicos, por razones obvias.
Un mayor en la defensa antiaérea siria señaló, por su parte, que su unidad está en plena alerta combativa para responder con los medios disponibles a cualquier agresión militar.
‘Todas las unidades en las bases aéreas militares y en las unidades de misiles pueden ser posibles blancos de los agresores’, refirió.
Agregó que un ejército como el sirio, que enfrentó a un terrorismo apoyado por un centenar de países, no temerá jamás a los misiles del presidente estadounidense, Donald Trump.
Por su parte, Taleb Ibrahim, profesor de relaciones internacionales de la Universidad de Damasco, opinó que cualquier ataque con misiles contra Siria sería una locura y provocaría un terremoto que afectaría a todos los países de la región.
Consideró, en ese sentido, que el pueblo sirio está preparado para una eventual embestida y eso no es nada nuevo, pues en septiembre del 2013 el mismo ambiente prevaleció en Siria y también en abril del 2017, cuando Estados Unidos atacó a la base aérea de Sheyrat.
Significó que otro golpe hará a Siria más fuerte, partiendo del proverbio árabe: un golpe que no te mata te hace más fuerte.