Un joven estadounidense confesó este jueves el asesinato de cuatro desaparecidos después de que las autoridades hallaran restos humanos enterrados en la granja de su familia, en Pensilvania, unos crímenes que han conmocionado a Estados Unidos. Cosmo DiNardo (20) conocía a sus víctimas y estaba detenido desde el lunes por tratar de vender el vehículo de uno de los desaparecidos.
Los cuatro asesinados desaparecieron entre el miércoles y el viernes de la semana pasada en una zona rural al norte de Filadelfia. El primero fue Jimi Patrick (19) y le siguieron Tom Meo (21), Mark Sturgis (22) y Dean Finocchiaro (19). Este jueves, el fiscal del condado de Bucks, Matthew D. Weintraub, descubrió algunos de los detalles de la que calificó como una de las mayores investigaciones criminales de la historia de su distrito.
En la granja de la familia de DiNardo, los perros de la Policía encontraron restos humanos. Entre estos estaba el cuerpo de Finocchiaro, el único identificado hasta el momento entre las víctimas.
Hallazgos. La principal pista para las autoridades llegó el sábado, cuando el GPS del teléfono de Finocchiaro los condujo hasta la granja de los DiNardo en Solebury (Pensilvania). El domingo, los investigadores hallaron el vehículo de Meo en el garaje de una finca colindante, también propiedad de los DiNardo, y el de Sturgis apareció en una zona de aparcamiento a apenas un par de kilómetros del primero.
Ese mismo día se puso en contacto con ellos un hombre al que presuntamente DiNardo había ofrecido el vehículo de Meo, un Nissan Maxima de 1996, por 500 dólares. El estudiante fue detenido el lunes por un delito antiguo de posesión ilegal de un arma. Su padre pagó la fianza al día siguiente, pero lo volvieron a arrestar el miércoles por robar el vehículo de Meo. Esta vez el juez impuso una fianza de cinco millones de dólares.