(Noticias-Kikiriki).- La economía de Sudáfrica se enfrenta a un período difícil y las sucesivas huelgas son los síntomas, no las causas, opinó hoy el analista político-social Terry Bell en su columna semanal Weekly Labor Wrap.
Los problemas financieros, empresariales y relativos a las inversiones se han desarrollado fuera del control de los trabajadores, y estos se encuentren bajo una presión cada vez mayor por las irregularidades económicas, comentó el experto.
De acuerdo con Bell, la alta conflictividad de los últimos años se debe en parte a que la protección que tiene la masa obrera es la de organizar protestas masivas y dejación de labores para capitalizar sus demandas ante las autoridades.
Según el especialista en temas laborales, urge proporcionar un equilibrio más humano al sistema y desarrollar ideas innovadoras, para evitar nuevas crisis o una potencial catástrofe social.
En el ámbito de las diferentes instancias empresariales, sindicales y estatales se necesitan cabezas claras en este momento, un análisis claro y honesto, y no hay lugar para la autocomplacencia, apuntó Bell.
A diferencia de las catástrofes naturales, sobre las que no tenemos ningún control y muy pocas advertencias, las crisis sociales suelen ser la culminación de una serie de problemas evitables que se desarrollan con lentitud, alertó el analista.
Agregó que el paro de la Unión Nacional de Trabajadores Metalúrgicos de Sudáfrica (Numsa) vino a rematar una prolongada temporada de huelgas, muchas de ellas resueltas en voz baja sin que sus efectos llegaran a la prensa, acotó.
La medida de fuerza de Numsa fue iniciada el 1 de julio, solo siete días después que el sindicato minero Amcu concluyera una huelga de 22 semanas en el sector del platino la cual indujo una contracción del PIB trimestral nacional por primera vez en cinco años.