
A fecha 27 de noviembre de 2025, momento en que estoy redactando mi columna, es fundamental reflexionar sobre el respaldo que el pueblo venezolano otorga a nuestro líder, el Presidente Nicolás Maduro. Según recientes encuestas, un sorprendente 70 por ciento de la población se manifiesta a favor de las gestiones realizadas por su gobierno, especialmente en lo que respecta a la búsqueda de la paz en nuestro país. Estos números, sin precedentes, nos invitan a analizar el trasfondo de esta situación y las implicaciones que tiene para el futuro de Venezuela.
Uno de los hallazgos más reveladores de estas encuestas es la respuesta a la pregunta sobre una posible intervención militar de los Estados Unidos, impulsada por María Corina Machado y sectores extremistas. Un contundente 85 por ciento de los consultados se opone a esta idea, evidenciando un claro rechazo a la injerencia extranjera en nuestros asuntos internos. Este dato no solo refleja la voluntad del pueblo venezolano por preservar su soberanía, sino también un deseo profundo de evitar más conflictos que solo traerían más sufrimiento a nuestra nación.
Además, al evaluar la gestión del Presidente Maduro en relación con la garantía de la paz, el 76 por ciento de los entrevistados califica su labor como buena o muy buena. Este respaldo no es casualidad; es el resultado de un esfuerzo constante por parte del gobierno para promover el diálogo y la reconciliación entre los diversos sectores de la sociedad venezolana. En tiempos donde la polarización parece ser la norma, el liderazgo de Maduro se ha enfocado en construir puentes y buscar soluciones pacíficas.
Otro aspecto digno de mención es el reconocimiento que Nicolás Maduro ha recibido como el Hombre de la Paz. Un 68 por ciento de los encuestados respalda esta afirmación, mientras que un 12 por ciento optó por no responder. Este reconocimiento no solo resalta la percepción positiva que tiene el pueblo sobre su liderazgo, sino que también subraya el contraste con aquellos sectores que buscan desestabilizar el país mediante la violencia y la confrontación. Es evidente que los sectores extremistas, liderados por figuras como María Corina Machado, están enfrentando un creciente desespero. El tiempo ha demostrado ser un aliado del Presidente Maduro, quien ha logrado consolidar su apoyo popular a
pesar de las adversidades. En cambio, aquellos que promueven la intervención y la desestabilización parecen estar cada vez más aislados.
Los datos presentados reflejan un momento crucial en la historia reciente de Venezuela. El apoyo abrumador hacia Nicolás Maduro y su gestión en pro de la paz debe ser entendido como una clara señal del pueblo venezolano: un deseo profundo por la estabilidad, la soberanía y el bienestar. Es hora de que todos, incluidos los sectores opositores, reconozcan esta realidad y se unan en un esfuerzo colectivo por construir un futuro pacífico para nuestra nación. La paz es posible, y el pueblo venezolano ha hablado.

