Conversatorio sobre los Derechos de la Mujer se realizó en el Centro Por la Paz y la Vida
Su ponente destacó que la clave para evitar este flagelo es la prevención desde el hogar fomando valores a los hijos dentro del núcleo familia
Mariella Alzualde
La familia, por su rol de formadora de los hijos en normas y valores, es clave en la prevención de la violencia contra la mujer, motivada a múltiples factores, en especial el cultural, en el cual subsiste aún el sistema patriacal (sometimiento de la mujer al varón y delegada a un segundo plano, sumisa y obediente), ajeno a la actual realidad.
No obstante, en los últimos años, en Venezuela se ha avanzado en la defensa de los derechos de la mujer, lo cual le permite y contribuye a su desarrollo como persona y por ende hacia el camino de una mejor sociedad, donde no tenga cabida la discriminación por ser mujer.
La reflexión se deduce de lo planteado por la abogada Betty Fernández en el conversatorio sobre los Derechos de la Mujer, con el fin de crear conciencia y sensibilizar a hombres y mujeres sobre el flagelo de la violencia, evento, auspiciado por la Secretaría de Desarrollo Social y Participación Popular, a cargo de Vanessa Machado, a través de Atención para la Familia, dirigida por Juan José Moreno, que tuvo lugar en el salón de reuniones del Centro por la Paz y la Vida, en Bella Florida. Moreno al presentarla aludió a la trayectoria y experiencia profesional de Fernández.
También estuvo en la actividad, la Dra. María Rosa Pérez. Acompañaron al director de Familia, la coordinadora general de la institución, Carmen Lucía Chávez, Nora Malpica, de Gestión y Control, Yaneth Ortega, coordinadora de Artes y Oficio, Belkis Borges, de Administración.
En el evento, la Dra. Fernández comentó sobre los derechos constitucionales que amparan a las personas, sin distingo entre hombres o mujeres, niños o adolescentes.
Precisó que en el hogar tanto el hombre como la mujer tienen responsabilidades y por lo tanto ambos deben cooperar. No se trata de «yo ayudó a mi esposa» sino el de tomar conciencia que es parte de una responsabilidad compartida, ya que la mujer también trabaja, atiende a los hijos y realiza mucha otras actividades. «La crianza de los hijos es responsabilidad de ambos, tanto del padre como de la madre», afirmó la abogada.
Algunos plantearon el por qué de una Ley para proteger a la mujer por su derecho a una vida libre de violencia, la respuesta: «Los estudios e investigaciones han demostrado que la mujer es la parte débil, vulnerable, a ser víctima de la violencia. No es un invento. El alto índice de mujeres maltratadas dentro y fuera del núcleo familiar asi lo refleja. Por lo general, las mujeres, víctimas de la violencia callan, guardan silencio. No se atreven a denunciar al agresor por miedo, pena o por considerar que ellas son culpable de la situación. «A veces, dijo Fernández, una simple conversación puede ayudar a una mujer en situación de violencia».
Se maltrata, señaló Fernández, hasta con las palabras y estás quedan y lesionan la autoestima. El maltrato no se manifiesta sólo con golpes. También hay violencia cuando el hombre le dice a la mujer como vestirse, el exigirle que le tenga lista y caliente la comida cuando él llega a casa, rechaza la comida que ella prepara por capricho, la obliga a tener sexo contra su voluntad, o permanentemente revisa su teléfono para ver los mensajes.
También está la violencia económica, patrimonial, entre otras formas.
En el auditorio surgió la interrogante: ¿Quién defiende a los hombres que son maltratado por la mujeres?
Hay mujeres con mentalidad machistas. Si el hombre es agredido por la mujer puede hacer la denuncia ante el CICPC. Todos tenemos el derecho del acceso a la justicia. Si hay evidencias, la Ley defiende a la parte débil. El hombre no denuncia por el bloqueo cultural, el temor a las burlas, el que dirán, entre otras razones, pero puede hacerlo, si es víctima de violencia, explicó Fernández.
Añadió: «No se trata de un enfrentamiento entre hombres y mujeres, sino el conocernos y reconocernos para lograr una mejor sociedad. Por lo general, la violencia contra la mujer comienza en la infancia. El 80% de las violaciones de niñas son cometidas por parientes cercanos a las familias.
Por otro lado, los niñas y niñas que se crían en hogares donde hay agresión, tienden a repetir el modelo al llegar a la adultez. Asimismo, los niños y niñas deben compartir los deberes del hogar, no solo las niñas, para crearles el sentido de responsabilidad a ambos.
Para concluir, la abogada apuntó: «Todos debemos respetar y cumplir con lo establecido en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV), en las leyes, y las instituciones deben hacer que se cumplan»