(Noticias-Kikiriki).- Clínicamente consisten en la evaluación digitorrectal, acompañada de la extracción de una muestra de sangre para evaluar el nivel del antígeno prostático y una evaluación física general, todos ellos emitidos con una orden del médico urólogo.
El doctor Willian Ferrer, médico adjunto al Servicio de Urología General del Hospital de Clínicas Caracas, explica que los estudios anteriores son esenciales para detectar un cáncer de próstata.
“Es la patología más común diagnosticada en los hombres y se caracteriza por la formación de células malignas en los tejidos de la próstata, que es una glándula del sistema reproductor masculino”.
La próstata está localizada entre la parte anterior del recto y la cara inferior y posterior de la vejiga urinaria. “Mide 4 centímetros de ancho, 2,5 centímetros de espesor y 3 centímetros de longitud, y en condiciones normales tiene un peso de 15 a 20 gramos”, acotó el galeno.
En la consulta. El examen digitorrectal o tacto rectal no ha perdido vigencia ni efectividad con el correr del tiempo ni los descubrimientos científicos.
“Mediante el mismo se puede evaluar el tamaño, la forma, la consistencia y la fijeza de la glándula prostática. Generalmente el cáncer de próstata se presenta en este examen como una zona dura deformada y fija”, señaló el especialista.
Refirió que ante cualquier duda o sospecha al realizar el tacto rectal, se indicará una biopsia prostática ecodirigida capaz de confirmar el diagnóstico sospechado.
En cuanto al antígeno prostático, Ferrer explicó que se trata de una proteína solamente producida por la glándula prostática que forma parte del líquido seminal.
“Tiene la función de licuar este líquido para que los espermatozoides puedan progresar y así fecundar al óvulo femenino”.
Si a través de las muestras sanguíneas se detecta que los valores normales pasan de 10 ng./ml. (nanogramos por mililitro), se debe tomar consideraciones médicas con prontitud. “A medida que estos valores sean mayores, la posibilidad de que esta patología sea la productora de su aumento es más cierta, más aún cuando está acompañado de un tacto rectal sospechoso”.
El doctor Ferrer sugiere que este examen se realice siete días después de haber efectuado un tacto rectal o una ecografía prostática transrectal, o 48 horas después de haber tenido actividad sexual, pues las conductas descritas pueden aumentar los valores.
El factor temor. “El paciente masculino demuestra más vergüenza que la mujer cuando asiste a este tipo de consultas y más aún si hay que explorar su parte íntima”, aseveró el doctor Ferrer.
Indicó que antes del tacto rectal el médico le explica al paciente la forma de proceder, a veces hasta de una manera lúdica e ilustrativa.
“Se le muestra un objeto de goma similar a la próstata, se le indica a través de láminas y folletos la ubicación de la misma y el modo como se va a palpar. Esta exploración a través del tacto no tarda más de treinta segundos”.
¿Invasión a la masculinidad? El procedimiento para el tacto rectal o evaluación digitorrectal está mal caracterizado socialmente, como lo explican especialistas en el área psiquiátrica.
“Socialmente lo catalogan como humillación, pérdida de la hombría, muchos hacen juegos alusivos a la sexualidad en cuanto a la atracción por otros hombres luego de haberse realizado el examen médico, todo lo anterior es un mal concepto, que por demás incomoda al hombre porque no es una experiencia que va a relatar con naturalidad en una conversación con sus similares”, aseguró el médico psiquiatra y especialista en conducta psicosocial Alfonso Rebolledo.
Así mismo ocurre cuando es la pareja femenina quien explora en la intimidad de su pareja. “Esto tampoco lo van a contar, el tacto anal para una comunidad forjada en el machismo resulta ciertamente un mal concepto, está prohibido que el hombre se deje explorar”, sentenció el especialista.
El doctor Ferrer insistió en que la consulta urológica es la que permite detectar -además del cáncer de próstata- otras patologías en el árbol urinario, el ano y la vejiga.
“Un chequeo con el urólogo a tiempo, permitirá un diagnóstico preciso y su respectivo tratamiento”, puntualizó.
Alternativas quirúrgicas. Cuando se detecta cáncer de próstata se remite a varios procedimientos.
Los no invasivos, a través de la cirugía robótica, laparoscopia, la forma convencional (cirugía abierta), la cual se practica a través de una incisión que se extiende desde la zona debajo del ombligo hasta el pubis, “es lo que se denomina prostatectomía radical y consiste en remover la próstata, las vesículas seminales y se extraen los ganglios linfáticos para descartar la existencia de cáncer en esa zona. Insistimos en que antes de pasar por todo esto es mejor chequearse”.