
Eric Cantona ha pasado a la historia por muchas razones, pero lo cierto es que nadie olvida la patada que dio a un aficionado del Crystal Palacey que le valió una sanción de nueve meses sin pisar un campo de fútbol, además de una multa económica y servicios comunitarios. Fue en 1995 y cada vez que Cantona recuerda aquella agresión, nunca se arrepiente de haber pateado a un «fascista». Sí se arrepiente de no haberlo hecho más fuerte.
Más allá de la anécdota, Cantona siempre ha sido muy abierto con respecto a su postura política, abierta y directamente crítico con el fascismo. Hace algo más de un año, recordaba en su perfil de Instagram a su abuelo Pedro, «republicano español que combatió el fascismo», utilizando frases como el clásico ‘No pasarán’ o aquello de ‘Prefiero morir de pie que vivir siempre arrodillado’. «No he olvidado nada de mi historia», aseguraba.
Hace solo unos días, en el marco de un concierto celebrado en el estadio londinense de Wembley para recaudar fondos para el pueblo palestino, Together for Palestina, organizado por el británico Brian Eno, Cantona fue uno de los invitados.
Allí, se subió al escenario y no dudó en señalar a la UEFA y a la FIFA por no haber suspendido todavía a Israel de las competiciones internacionales. El discurso de Cantona llega en un momento clave: después de que las protestas propalestinas suspendieran el final de La Vuelta ciclista y en medio del debate sobre la participación de Israel en Eurovisión, con España amenazando con no participar en la competición si Tel Aviv envía a su representante.

