Cangrejo: Con La Seguridad Nacional fuimos los poetas malditos del rock venezolano
Noticias-Kikiriki.- El personaje: Abraham García, alias «Cagrejo», caraqueño, cantautor, dibujante, fundador de La Seguridad Nacional e integrante de Dermis Tatú.
La obra: 10 dibujos de su autoría, en diversas técnicas, que ofrecen al público un breve panorama sobre del profuso universo interior de este militante de la rebeldía.
El lugar: El Museo de Bellas Artes (MBA), en Caracas, una templo de la creación académica, a simple vista la antítesis de lo que Cangrejo representa como leyenda del rock and roll nacional en su expresión más indomable.
Sin embargo, al interrogar a Cangrejo sobre la paradoja que representa que este recinto reciba su trabajo solo afloran palabras cálidas y de agradecimiento.
La mini exposición, que se llama «RockArte, Cangrejo muestra sus dibujos», arribó al MBA a propósito del Día Nacional del Rock, el pasado 17 de septiembre. El ministerio de Cultura consideró que una buena manera de rendir homenaje al género era sacar a la luz la producción plástica de este personaje, sorprendiendo a muchos quienes no lo conocían en esa faceta.
La muestra es una antesala a una individual que se está organizado para ser llevada a la Galería de Arte Nacional, el próximo año.
«Me siento muy agradecido. Es verdad, los que me respetan y me conocen -a un nivel creo yo underground, aunque en toda Venezuela- lo hacen a través de la música, aunque yo realmente me considero un músico muy choreto», contó Cangrejo en entrevista con AVN.
Con 63 años de edad y la apariencia que cualquier cuarentón envidiaría, Cangrejo cree que la vida lo ha «momificado» para llegarle más fácilmente a varias generaciones de jóvenes.
Explicó que su vena como artista se manifestó a través del lápiz y la tinta china cuando era solo un niño. Lo de la música vino después.
«Durante mi primera juventud -que ya han sido como cuatro- el personaje de Cangrejo, el dibujante, era bastante conocido y celebrado. En aquella época no era como ahora, que hay tanta diversidad cultural y tanta gente haciendo tantas cosas. Antes el arte era una actividad ultra elitista y yo era solo un joven que se la pasaba dibujando», relató.
De hecho, su apodo vino dado por el pequeño crustáceo que aún acostumbra a garabatear en una esquinita de todos sus dibujos y que utiliza como firma. Antes de eso, Cangrejo era el apelativo con que cariñosamente lo bautizaron sus hermanos debido a su delgadez y melena profusa. Luego se convirtió en el sello de autenticidad de sus obras.
Rememoró que nunca se interesó por ser un estudioso de las artes, aunque confiesa que se maravilla con los trabajos de maestros como Diego Velásquez, Henri Toulouse-Lautrec, Paul Gauguin, Paul Cézanne o uno más contemporáneo, Peter Max.
«Nací con esa necesidad de expresarme. Empecé dibujando paredes. Mi mamá se hartó tanto de intentar que no lo hiciésemos que se rindió y dijo: ‘bueno, rayen las paredes y los fines de semana las limpiamos’ y eso también era una diversión para nosotros», recordó.
Al crecer, su rebeldía lo empujó a dejar la casa materna a los 17 años y el dibujo se convirtió en su sustento. Entre los trabajos que consiguió estuvo el de ilustrar las primeras películas en formato súper 8 de Diego Rísquez.
«Las artes te exigen que tú les entregues la vida para ellas entregarte su magia. Si no te entregas no sucede nada, pero si te entregas tampoco hay ninguna garantía de que a la gente le guste lo que tú haces», reflexionó.
Le parece curioso que de entre los setenta y pico de dibujos que consignó al MBA, y luego, de los diez que eligió la curadora Ximena Benítez, seis sean de la serie que dedicó a su amigo Carlos Eduardo Troconis, «Cayayo», líder de Sentimiento Muerto, quien partió prematuramente en 1999. También está presente su trabajo denunciando las guarimbas de 2017, su serie de calaveras en tinta china, entre otros temas.
Tres diablos
La Seguridad Nacional, banda de culto del rock venezolano, fue la casa donde Cangrejo se hizo músico. Activa entre 1979 y 1984, solo grabó un disco: Documento de actitud, en 1991. Quizá porque el trío, conformado por Gustavo Corma, Juan Bautista López «Yatu» y Cangrejo, se dio a la tarea de buscarle pelea a un montón de gente, especialmente a los gobiernos adeco copeyanos y a las compañías disqueras. Cangrejo dice que eran como los «poetas malditos» del rock hecho en Venezuela.
«Era una banda de actitud terrible, abiertamente drogadicta, antipolítica, no eran ningunos muchachitos con ansias de ser famosos sino tres diablos en potencia con una personalidad muy definida. Esa parte terrible nosotros la manejábamos como los tres chiflados, con mucho humor, solamente que Venezuela se lo tomó muy en serio», aseguró.
Pero más allá de la mala conducta, La Seguridad Nacional se convirtió en referencia para todo el movimiento musical de aquellos años. Sus experimentaciones sonoras marcaron pauta.
«Éramos tres compositores en uno. Se corrió que éramos los pioneros del punk, pero a la vez que hacíamos punk también estábamos componiendo Uñas asesinas, Vampiro, y una serie de canciones que son folk, ska. Antes de que siquiera existiera el término unplugged, ya nosotros hacíamos set acústicos», evocó.
Cangrejo llegó al grupo por pura casualidad. «Aprendí a tocar batería sin tenerla, viendo, aprendiéndome los sonidos, armando cajas, y así aprendí a independizar los brazos y las piernas. Luego se me hizo fácil tocar la armónica, el bajo, y la guitarra. Allí me planteé que debía dar una pausa en cuanto a los dibujos porque los dibujos ya me hacían drenar y cuando agarraba la guitarra me sentía ya vacío. Yo mismo me planteé dejar de dibujar, de hacer publicidad, en aras de que la magia del instrumento pudiera revelarse».
La banda tuvo éxito pero nunca lograron llegar a un acuerdo con las compañías disqueras porque sus prerrogativas iban contra lo que las empresas de la música les proponían. Igual les pasó con los organizadores de conciertos.
«No se puede decir que fue por una postura de archirebedía de La Seguridad Nacional, no, sino que no es muy bonito dejarse violar así. Todo el rock nacional en aquella época, Sentimiento Muerto, Zapato 3, se gestaba en el este de la ciudad, era un rock sifrino, eran muchachos holgados económicamente», dice cuando recuerda que siempre les parecieron ofensivas las pírricas ofertas de las compañías musicales para explotar y promocionar su trabajo.
«Se dice que Trino Mora tuvo 40 números uno en Venezuela, así que ¿cómo es posible que ni siquiera pueda vivir bien ni tenga una casa? Eso significa que las disqueras eran especialistas en estafarte».
En 2005 y en 2011 hubo intentos de reunificación de La Seguridad Nacional pero ninguno se concretó, narra Cangrejo que por asuntos meramente materiales. Opina que para cubrir las expectativas que el nombre despierta es necesario un soporte robusto.
Pobre y famoso
Hoy Abraham García se autoinscribe en el clan de los «pobres y famosos». Se alegra de ser admirado y reconocido, pero se lamenta por la precariedad económica que lo ha acompañado por tantos años.
«Ni yo mismo tengo idea de cómo he sobrevivido. Parte de las herramientas que nos hacen creador es la adversidad. Yo nunca pude ser adeco, ni copeyano, ni oficinista, yo tuve que quedarme entregado a esta actividad, que es totalmente a riesgo», apuntó.
Entonces, por ejemplo, Cangrejo resiente no tener los instrumentos que le hacen falta para hacer la música que quiere, o no contar con una computadora capaz de mezclar los sonidos que le gustaría producir.
La reciente visita que el movimiento de rock nacional hizo al Panteón Nacional, fue especialmente sensible para él.
«Yo soy un fanático de la lectura de la vida de Simón Bolívar. Los que adoptamos una postura de locos debemos cultivarnos para tener un background que te permita discernir y poder plasmar esa realidad en las letras. Uno se transforma en una especie de faro para los demás, así tú no quieras», reflexionó.
En esa misma jornada también visitaron el Cuartel de la Montaña 4F, donde reposan los restos de Hugo Chávez. «Primera vez para mí, también muy emocionante. Cuando yo veo los videos de Chávez, eso es inevitable, a uno se le salen las lágrimas».
Una consecuencia directa de esa visita fue la cancelación del concierto que Cangrejo ofrecería este año en el cierre del Festival Nuevas Bandas.
«Entraron en conmoción. Dijeron: es que Cangrejo está apoyando al régimen, y yo les dije: no, es el régimen el que está apoyando a Cangrejo, y por supuesto que lo tengo que agradecer».
Contó que vive solo en una casita heredada de su familia en Catia. Con frecuencia hospeda a Gustavo Corma, que viene desde Valencia. Otras temporadas es Cangrejo quien lo visita. Tuvo muchos amores pero ninguno que hasta ahora lo haya hecho sentar cabeza. Tampoco tiene hijos. Lo que más hace es dibujar y componer.
«Estoy trabajando en música que tiene un fondo trance o house, lo que usan en las fiestas rave. Me estoy valiendo de eso para lo que llamo humanizar los ritmos, eso me obliga a imaginar muchos sonidos. No tengo la manera práctica para llevarlos a cabo pero yo sigo componiendo».
Se queja -y se asombra- de que YouTube y algunas páginas web de rock nacional están llenas de maquetas de su música que se han filtrado y que no tienen la calidad de una canción bien grabada.
Cangrejo no es muy fanático de las redes sociales, pero tiene un Facebook que de vez en cuando revisa. Esa es la manera más sencilla de ubicarlo.
«Es muy difícil seguirme la pista, no soy consecuente con nada de eso, muy a mi pesar quizá».
Rock and roll y poesía
Rocanrrolero es como a Cangrejo le gusta que lo llamen, y si le preguntan por el rock and roll sabe muy bien cómo definirlo, y no es precisamente «venderle a la gente que esto es puro bicho vestido con franela negra».
«Yo creo que más bien ese término debe ser entendido como una actitud contestataria, antisistema, y luego bajo esa postura tu empiezas a musicalizar», consideró.
Para él, el rock puede nacer en cualquier parte donde haya poesía verdadera. En Alí Primera, por ejemplo. O incluso en exponentes que a primera vista sean lo opuesto al género.
«Cuando joven a mí no me gustaba para nada Alí Primera, pero ahora lo considero como un poeta máximo, es sumamente difícil escribir letras que sean coherentes y a la vez profundas y de mucho contenido social. Lo escucho ahora y digo, olvídate de Bob Dylan, compadre, este tipo es arrechísimo».
La exposición de Cangrejo puede verse de martes a domingo, de 10:00 de la mañana a 4:00 de la tarde en el hall del edificio moderno del MBA. La entrada es libre. Para el cierre de la muestra, aún sin fecha, está previsto que el músico ofrezca un concierto donde compartirá con el público sus hits clásicos y sus nuevos temas.
«Con esta postura de locos, a pesar de ti mismo, uno es un vehículo que tiene una finalidad, que es abrir el entendimiento de los demás», sentenció.