El dolor sobrevive a casi 73 años de la bomba atómica en Hiroshima

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Noticias- kikiriki.-  Hiroko Kishira tenía seis años cuando el 6 de agosto de 1945 Hiroshima fue blanco del primer ataque en el mundo con bomba atómica y narra lo vivido con el mismo dolor de aquel día.

Cuenta Kishira que vivía a siete kilómetros del lugar de la explosión y que estaba en el baño de su casa a las 08:15 hora local cuando al mirar al cielo por el constante ruido de sirenas de aviones, de momento sintió un estruendo y todo se volvió negro.

Pasó un tiempo que la anciana todavía no sabe definir, pero asegura que al volver en sí tenía todo su cuerpo cubierto de tierra y que gracias a eso no sufre en la actualidad las secuelas de las radiaciones dejadas por la bomba atómica, detalló a Prensa Latina durante un recorrido por el Museo Memorial de la Paz de Hiroshima.

Su madre la rescató y decidieron abandonar la vivienda destruida para buscar a su hermano mayor que estaba en la escuela y lo encontraron 13 días después, aunque tuvieron que dejar atrás a su abuelo discapacitado y de quien nunca volvieron a saber.

Kishira comenta que el cielo despejado ese día y la topografía de Hiroshima fueron elementos favorables para que un bombardero B-29 estadounidense llamado ‘Enola Gay’ lanzara la bomba atómica que al estallar mató a decenas de miles de personas en ese mismo momento y la temperatura de la tierra alcanzara los cuatro mil grados centígrados.

La ciudad totalmente destruida, la lluvia negra que siguió a la explosión, los muertos y las heridas graves en los sobrevivientes también vienen a la mente de la anciana.

La edad media de quienes sobrevivimos ese momento es actualmente de 80 años y como no todos quieren hablar del tema decidí dar charlas a los jóvenes que llegan hasta aquí para que conozcan lo que pasó y eviten que algo así suceda otra vez, asegura Kishira.

Agrega que muchos le preguntaban si sentía rencor y les respondía que no, porque el dolor que sentía su pueblo los impulsó a reconstruir Hiroshima y mostrarla ante el mundo como lo que es ahora, una ciudad próspera y bonita.

El camino no ha sido fácil porque en un momento sufrimos de discriminación a la hora de casarnos por el temor a que estuviéramos enfermos y les transmitiéramos a nuestros hijos esas secuelas dejadas por la radiación, explica Kishira.

Asimismo, insta a las nuevas generaciones a buscar soluciones a los problemas sin tener que ir a la guerra porque las muertes y el dolor que deja en los pueblos solo muestran la falta de humanidad de quienes la promueven.

En la actualidad, el gobierno japonés garantiza de forma gratuita dos chequeos médicos al año a los sobrevivientes de la bomba atómica.

PROMUEVE JAPÃ’N INICIATIVAS PARA UN MUNDO SIN ARMAS NUCLEARES

Japón se ha convertido en uno de los principales países que promueven iniciativas para que en el mundo no existan armas nucleares al vivir su pueblo las consecuencias de su uso en las ciudades de Hiroshima y Nagasaki en 1945.

Entre las acciones realizadas para lograr el desarme nuclear están la organización de negociaciones entre las naciones que poseen ese tipo de armamentos y las que carecen de ellas, resaltar el impacto cuando son utilizadas y pronunciamientos en foros internacionales sobre el tema.

Durante la octava reunión ministerial de la Iniciativa para la No Proliferación y el Desarme que tuvo lugar en Hiroshima en abril de 2014, los cancilleres de Australia, Alemania y los Países Bajos escucharon el testimonio de sobrevivientes de la bomba atómica.

Al finalizar el encuentro, los participantes emitieron una Declaración Conjunta donde recalcaron que el diálogo sistemático sobre las consecuencias de las armas nucleares debía ser un catalizador de la acción humana a partir de la unión con miras al objetivo de un mundo sin ese tipo de armamento.

Esa ciudad japonesa en abril de 2016 acogió también la reunión de ministros de Relaciones Exteriores del G7 donde los representantes de Estados Unidos, Reino Unido, Francia, países poseedores de armas nucleares, junto a otras naciones como Alemania, Italia, Canadá y Japón visitaron la cúpula de la bomba atómica.

La ocasión fue propicia para aprobar la Declaración de Hiroshima sobre el desarme y la no proliferación nuclear que concluyó exponiendo: Deseamos profundamente, como los pueblos de Hiroshima y Nagasaki, que jamás vuelvan a emplearse armas nucleares.

Antes, en 2010, comenzó un plan de actividades con la sociedad civil donde 280 comunicadores, de ellos 246 jóvenes, transmiten experiencias sobre los efectos negativos de ese tipo de armas a las futuras generaciones. También han traducido a 14 idiomas los testimonios de los sobrevivientes.

Las Naciones Unidas invita cada año a 25 diplomáticos de diferentes países a visitar Hiroshima y Nagasaki para intercambiar con sus habitantes y algunos colaboran actualmente con Japón en su lucha por lograr el desarme nuclear.

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