¿Y dónde queda Venezuela?
¿Y dónde queda Venezuela?
(Noticias Kikiriki).-Los pequeños grandes detalles se olvidan, sobre todo para los malagradecidos. Nunca se me olvidarán aquellos 4 largos años que viví en Londres y tenía que estarle explicando a los muchos que conocí allá, de diferentes países, dónde quedaba mi país, Venezuela. Incluso, muchos, para no decir todos, los de la universidad, no tenían idea de la ubicación de este hermoso territorio. Unos creían que quedaba en el medio oriente, por ser productor de petróleo.
Esa desubicación duró hasta que el hombre de Sabaneta cambió esta parte del mundo. Ahora un indígena como Evo gana con más del 60% de los votos y sale dedicándole el triunfo a un venezolano. Los gringos hablan mal, pero nos mencionan a diario. Uribe conspira y nos hace un bien, puesto que nos permite ser una referencia opuesta a él y su narco estado.
Los pueblos de medio mundo nos mencionan y toman como referencia en cómo cambiar las cosas sin paredón ni escuadrones de fusilamiento, mucho menos con guerra de guerrillas o guerra civil. Que muchas cosas andan mal y otras se ponen peor, no se puede ocultar y Kikirikí está a la vanguardia de la crítica ácida, pero de ahí a meternos a golpistas y conspirar contra la patria estamos bien distantes. Este orgullo de sentirnos venezolanos y de sentir que tenemos patria y bien grande, molesta a los opositores.
Cosa peculiar, la mayoría de los hijos o nietos de los inmigrantes, andan con su machaque burlesco, cada vez que ven algo incómodo, diciendo: PERO TENEMOS PATRIA. Obsérvelos, véales la gordura, la prosperidad de sus negocios, carros y vivienda. Muchos de sus abuelos vinieron de las islas europeas, otros del Líbano desmembrado por los franceses y por ellos mismos de la gran Siria.. Otros de Siria, lo que quedó y ahora la dividen más.
Esta razón de no haber tenido patria ni identidad geográfica es lo que han heredado los grandes ricos de Venezuela. Razón tiene Barreto (ver pág.3) cuando escribe sobre “La alegría como proyecto político”. Esta es la clave de la felicidad: la alegría. Cuando nos metemos en una marcha chavista, es para disfrutar del calor del venezolano y sus ocurrencias. Por el lado opuesto, las marchas de la oposición, es destrucción y muerte.
Para no extenderme mucho, déjeme ponerlo (in the nut Shell) chiquito como en una cáscara de nuez: Allá los gringos, Uribe, MCM, López y los que creen que destruyendo países se arreglan las cosas y del lado acá los que tenemos patria, en etapa de perfeccionamiento y nos dolería quedar sin ella.