(Noticias-Kikiriki).- El atleta cuando es muy destacado en su disciplina siempre hace que surjan las comparaciones y las proyecciones con respecto a lo que pudiera llegar a alcanzar al finalizar su carrera profesional.
La llegada de Miguel Cabrera a los 2.000 imparables ha generado muchas opiniones en cuanto a la posibilidad de convertirse en el jugador con más hits en la historia de las Grandes Ligas.
“Definitivamente, puede alcanzar a Pete Rose. Y con mucha más fuerza”, dijo Torii Hunter, compañero de equipo de Cabrera, y jardinero de dilatada experiencia.
Pete Rose jugó hasta los 45 años, y en el intervalo desde los 31 hasta su retiro cosechó 2.532 imparables. Cabrera necesita 2.254 para igualar al líder de todos los tiempos.
Solo dos peloteros, aparte de Rose, consiguieron superar esa cifra de hits desde que cumplieron los 31 años: Sam Rice (2.350) y Cap Anson (2.272).
Pero Hunter confía plenamente en las facultades del maracayero para conseguir el trono de los hits. “Estamos hablando de un muchacho que va a tener más de 4.000 hits y 600 jonrones; es decir, ¿Miggy es humano?”, expresó el veterano de 38 años.
Y es que no solo podría alcanzar y desplazar a Rose, sino también dejar atrás la marca de jonrones vitalicios de Barry Bonds. Esta es una cuesta mucho más complicada para el criollo, pero no imposible.
396 batazos de vuelta entera separan a Cabrera de Bonds.
Solo dos peloteros en la historia del juego han conseguido esta cantidad o más tras haber cumplido 31 años: Barry Bonds (470) y Babe Ruth (405).
“Si él (Cabrera) está sano, no veo ninguna razón por la cual no pueda ser el mejor bateador de toda la historia”, manifestó el estelar lanzador de los Tigres, Justin Verlander.
HANK AARON EN LA MIRA
El mítico Hank Aaron presume de ser el único jugador que ha conseguido disparar más de 3.500 hits y 500 jonrones.
Esta es quizás la meta más alcanzable para Cabrera si de proyección numérica se habla, pero de igual manera la salud debe estar del lado del maracayero para poder estar en el terreno en una cantidad de encuentros que le permita pensar en esas metas.
Sin embargo, estas metas personales no le quitan el sueño a Miggy, quien ha recalcado durante los últimos días que lo importante es contribuir al éxito de su equipo.
MOMENTO INOLVIDABLE
El hit 2.000 de Cabrera en las Grandes Ligas abandonó el parque y cayó en manos de Ally McCabe, una canadiense que por primera vez asistía a un juego de beisbol y en unas circunstancias muy particulares.
Se trataba de la extensión del funeral de su padre, quien en vida fuera gran fanático de los Tigres de Detroit, y por esta razón decidieron asistir al Comerica Park como una manera de homenajearlo. “Yo no sabía quién había conectado la bola, ni que se trataba del hit 2.000, solo la capturé”, expresó McCabe.
