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EL CAMINO ES DURO!

Por José Gregorio Hernández

“Para decirlo claramente, el progresismo le sigue dirigiendo la palabra a un interlocutor que ya no existe, que se mudó de clase, y ahora quiere escuchar otras cosas.” Guillermo Oglietti

Parte última. El reflujo… la carencia de un discurso que re ilusione

 ¿Cómo debe entenderse eso de: se mudó de clase? ¿a cuál clase?; ¿qué hizo posible dicha mudanza? La magnitud de la obra transformadora ha sido tal, que los gobiernos progresistas de los que hemos hablado, no logran interpretar a nivel comunicacional el impacto del cambio operado en la estructura social. Hechos verdaderamente extraordinarios se han convertido en acciones ordinarias en favor de los más pobres y  desposeídos. Guillermo Oglietti refiriéndose a la proeza de los gobiernos progresista de comienzos de éste siglo en Nuestra América nos ilustra así:

durante la década ganada lograron sacar de la pobreza a más de 90 millones de ciudadanos que pasaron a enrolar el ejército de esta clase media incomprendida. Así, dicha clase engordó con estos nuevos ascensos y, el de los jóvenes que tuvieron la fortuna de nacer en ella sin haber padecido las penurias que sufrieron sus padres.

Ahora bien, es incomprendida, porque se demanda de esa clase media un reconocimiento y agradecimiento que debe traducirse en apoyo electoral a los gobiernos que generaron las condiciones para su movilidad social. Tal exigencia se basa sobre una lectura errónea; pues la nueva clase media y la juventud estarían dispuestos a sufragar por quienes llenen sus nuevas expectativas materiales y aspiraciones de crecimiento social y económico. La desigualdad ha quedado atrás, y en tiempos de globalización la memoria es corta.

Ya no le hablamos al ejército de excluidos y reducidos a la nada por la globalización neoliberal. Cierto que aún hay rémoras de esa masa humana empobrecida y excluida, pero una amplia mayoría de la misma ha migrado socialmente y, en ese sentido, tiene nuevas expectativas e intereses, que trascienden la promesa de la inclusión e igualdad. Ya no están al margen; más aún, se han igualado en aspectos tan sensibles para el ser humano como el acceso a servicios públicos básicos, alimentación y educación. No entender esto, pudiera ser una de las causas de las derrotas electorales en Argentina, Brasil, Uruguay, que han encendido la alarma, obligando a estudiar la pertinencia y efectividad del discurso progresista frente a la contraofensiva neoliberal.

Mientras las expectativas y aspiraciones de orden material de la juventud y estos nuevos actores de la clase media, se transforman, el discurso de los gobiernos progresistas ya no atrae, no atrapa, no seduce. Urge la búsqueda de “ejes de diálogo” diferentes con los segmentos clase media y juventud, por ejemplo; o con los pueblos indígenas, que ahora como consecuencia de un reconocimiento y una libertad antes negada; o bien por manipulación, acentúan su lucha por la defensa de la tierra o “Pacha mama” y terminan enfrentados a los gobiernos que por vez primera, colocaron la riqueza nacional al alcance de la población indígena.

En un interesante artículo de opinión que Armando Álvarez titula ¿el agotamiento del discurso? Expresa lo siguiente: …es evidente que las formas discursivas debemos ubicarlas en un tiempo y espacio determinado. La realidad real termina imponiéndose. El discurso cuando no es capaz de representar o captar en su justa dimensión el acontecer histórico social, pierde su eficiencia explicativa, en consecuencia, asistimos al agotamiento de una narrativa, al agotamiento de un discurso.”

Se agota por extemporáneo, por descontextualizado; porque no responde a la nueva realidad; no puede explicarla por cuanto ésta lo ha rebasado. No se trata de abandonar nuestra lucha por la inclusión y la igualdad social, ni de negar nuestra vocación revolucionaria por la defensa y redención de la humanidad; pero debemos considerar y estudiar, porqué el discurso que promueve esas justas aspiraciones, no logra en este momento horadar los corazones y la mente, ni aun de aquellos a los que reivindica.

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