Omar Ortiz pudo tener una existencia cómoda como jugador profesional del fútbol mexicano pero optó por complicarse la vida. En enero de 2012, el ex guardameta de Rayados de Monterrey, Celaya, Necaxa, Jaguares de Chiapas y Atlante fue acusado de formar parte de una banda de secuestradores vinculada al Cartel del Golfo. Ortiz, que llegó a ser internacional con la selección azteca, ejercía presuntamente de informante. Marcaba los objetivos y recababa información para facilitar las acciones a sus compinches. Al Gato le vincularon con dos de los veinte secuestros que le imputan a la banda (el más sonado, el del marido de la cantante Gloria Trevi). A cambio, Ortiz habría recibido 100.000 pesos en cada rescate.
El ‘Gato’ fue apresado cuando estaba a punto de cumplir los dos años de sanción que le cayeron por dopaje tras haber dado positivo por oximetolona y dromostanolona, dos sustacias anabolizantes prohibidas. Nunca le cazaron por consumir cocaína, sustancia a la que estuvo enganchado. Le acusaron de «privación ilegal de la libertad y asociación delictiva», y ya lleva cinco años entre rejas sin saber cuántos años le quedan por delante de condena.
En la liga interna de la cárcel ya no juega de portero. Ahora es defensa central. Muchos amigos y ex compañeros le han dado de lado. También sus hermanos e incluso su mujer. Ortiz asegura que es inocente. «En la declaración de los afectados, en ningún momento se me reconoce como secuestrador. Me conocen porque soy conocido, pero en ningún momento han dicho que los secuestré».