(Noticias-Kikiriki) .- El 27 y 28 de febrero de 1989 Venezuela vivió un alzamiento popular, que se conoce como el Caracazo. Los venezolanos, sumidos en la pobreza y la indigencia, dijeron basta al paquete neoliberal del recién juramentado gobierno de Carlos Andrés Pérez.
Venezuela, con poca notoriedad a nivel internacional para entonces, fue noticia momentánea en el mundo. La rebelión popular comenzó el 27 de febrero en la mañana, cuando entró en vigencia el aumento de gasolina y pasaje en el país.
El diario El País de España, en su edición de Madrid, publicó un párrafo el martes 28, Disturbios en Caracas. El 1 de marzo dedicó portada a los hechos: Decenas de muertos y actos de saqueo en Venezuela tras el alza de precios, fue el titular.
De igual forma, el diario La Vanguardia, también de España, publicó en su portada del 1º de marzo: Graves disturbios en Venezuela por alza de precios. En la página 3 y 4 tituló: Toque de queda y suspensión de derechos en Venezuela; yVenezuela, un polvorín social que acabó por estallar.
Decenas de muertos en los disturbios de Venezuela, tituló el diario español ABC.
Clarín, de Argentina, también colocó en su portada del 1º de marzo los hechos de Venezuela: Hubo 60 muertos por disturbios en Venezuela.
Los titulares fueron similares. Todos los medios apuntaron la noticia a que el detonante del levantamiento popular fue el aumento del precio de la gasolina y los pasajes decretado por Pérez, para acceder a un préstamo con el Fondo Monetario Internacional (FMI); pero calificaron de vandálicos y ladrones a los manifestantes y justificaron la represión del Estado, que dejó miles de asesinados y desaparecidos, ante lo que denominaron “actos de pillaje”, “violencia desatada” y “actos de saqueo”.
Ninguna de estas informaciones señalan que los venezolanos fueron asesinados por la fuerza pública; y tampoco hablaron sobre los indicadores sociales en la Venezuela de entonces: 60% de pobreza general y cerca de 30% de personas en pobreza extrema.
Las fuerzas de seguridad, que disparaban a quema ropa a los ciudadanos, fueron «impotentes para hacer frente a la revuelta», reseñó El País.
Los medios internacionales coincidieron con los nacionales, que justificaban la represión y culpaban a los manifestantes de los hechos ocurridos. El 3 de marzo, el diario El Nacional publicó palabras de Pérez: «Los focos de los disturbios que quedan son producidos por una mezcla de delincuencia y rezagos de subversión».
Algunos incluso elogiaron la actuación de Pérez. Clarín -en particular- calificó de “enérgico” el mensaje emitido en horas de la tarde del 28 por el entonces presidente, quien trató de justificar las medidas anunciadas 11 días antes: liberación de tasas de interés, control de cambio y precios de productos; aumento de servicios como agua, luz, teléfono y gasolina, entre otros; además de disminución en el «gasto» social.
Pérez, en su «enérgico» discurso, también suspendió las garantías constitucionales: libertad y seguridad personales, inviolabilidad del hogar, libertad de tránsito, libertad de expresión, derecho de reunión y derecho de manifestación.
Las noticias sobre Venezuela no trascendieron y no hubo seguimiento noticioso alguno en los días siguientes. Los hechos no fueron sometidos a análisis por parte de “expertos” en materia de derechos humanos y “democracia”, aún cuando en los días siguientes se mantuvo la suspensión de garantías, se denunciaba el asesinato de más de mil personas, entierros en fosas comunes (que aún en la actualidad siguen apareciendo), y que en total cuatro millones de balas se dispararon contra el pueblo desarmado, como revela una investigación publicada en la revista Sic, del religioso Centro Gumilla.
Hoy Venezuela vive la Revolución Bolivariana, con disminución de la pobreza de 28,9 % en 1998 a 19,6 % en 2013 y la pobreza extrema de 10,8 % a 5,5 %. En el mismo período se redujo la desigualdad, el coeficiente Gini pasó de 0.486 a 0.398; mientras que se aumentó la matrícula en educación primaria y secundaria, de 44 % a 76 %; y la universitaria, de 800.000 estudiantes a 2,5 millones.
Los medios para los que la rebelión popular del Caracazo fue noticia momentánea, ahora publican artículos a diario sobre Venezuela; pero no para resaltar los logros conseguidos durante los últimos 16 años, sino que dedican portadas y páginas enteras en contra del pueblo venezolano y su Gobierno, al que tildan de «dictador» y «represor»; aún cuando en este período, en el cual se ha llevado a cabo un golpe de Estado (2002) y arremetidas terroristas contra la población (con 43 personas asesinadas durante las guarimbas de 2014), no se han suspendido las garantías constitucionales de los venezolanos. Sólo los medios privados españoles dedicaron, en enero de 2015, 1.050 páginas contra el pueblo y el Gobierno Bolivariano, dando voz -principalmente- a voceros de la derecha nacional e internacional inmiscuidos en los planes violentos de desestabilización.