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Auxilio, se acabo el permiso y toca guardería

(Noticias-Kikiriki) .-  Durante algún tiempo he recibido consultas de madres que se sienten angustiadas por la idea de dejar sus bebés de pocos meses en la guardería, ya que esta debe reincorporarse a la vida laboral obligadas por una realidad social que demanda una vuelta al trabajo en algunos países más temprana que en otros. Esta separación suele a generar ansiedad puesto que la madre debe separarse de su bebé por un determinado número de horas, situación que hasta ahora quizá no habían experimentado. Inclusive, muchas madres, manejan fuertes sentimientos de culpa y frustración personal ante la idea de incluir a sus hijos en estos espacios infantiles, esto como resultado de la separación forzosa y no deseada de la estructura mamá – bebé. En el artículo de hoy estaremos trabajando tres claves sobre las guarderías, para ayudar a las familias a pasar por esta transición de manera armoniosa y sin alterar abruptamente las estructuras emocionales de apego en el bebé.

1. Menos culpa más acción

Los bebés tienden a conectarse de manera más rápida con las emociones que experimenta la madre, la simbiosis natural hace que los sentimientos que maneja la madre sean transmitidos de alguna manera al bebé. De modo que, si mamá está experimentando angustia desde meses antes de que se dé la temida separación el bebé pueda conectarse con esta falta de confianza, dificultándole la adaptación al espacio de cuidado. Para ello, como madres podemos poner en marcha algunas acciones:

2. Guardería y Apego

Los bebés comienzan a experimentar vínculos de apego cada vez mas fuertes con sus cuidadores a partir de los 8 meses y hasta los 2 años, pudiendo aparecer cuadros de ansiedad por separación manifestadas en llantos o protestas ante la separación de las figuras de apego o la aparición de personas extrañas. De este modo la guardería puede ser un espacio vital que le genere angustia al niño puesto que la misma se constituye como el primer espacio de salida donde este ya no es protagonista de las atenciones, sino parte de un colectivo. Lo ideal, es que salvo que los padres tengan que reincorporarse a la vida laboral, el niño no experimentara más que la compañía y cuidados de la madre hasta los 5 años de edad cuando los vínculos de apego y construcción de la estructura yoíca se encuentran más consolidados, sin embargo, la realidad es que muchos niños van a la guardería desde que son unos bebés. Por ende, comprender que mamá se ha ido por unas horas y pronto regresará puede suponer un desafío cognitivo para el que el niño no está preparado, así mismo, enfrentarse a algunas situaciones como el apoyo para dormir, comer entre otros obstáculos a su seguridad para los que necesitará el apoyo de las figuras de apego.

Para minimizar las situaciones negativas es recomendable desmontar la creencia de que hay que emular la situación guardería antes que esta se presente, por el contrario, hay que construir un vínculo afectivo fortalecido con el bebé, que le brinde seguridad y confianza para afrontar los cambios con las respuestas emocionales a las que tiene acceso de momento, o con las que cuenta. Dicho esto, se traduce que a mayor vinculación afectiva con los cuidadores y figura de apego principal (madre), a mayor disponibilidad para responder a las demandas afectivas del bebé mayor facilidad para integrarse emocionalmente a las nuevas situaciones. Es claro que para muchos bebés será necesario contar con un período de adaptación, sin embargo, siendo respetuosos con ellos, acompañándoles en este proceso podemos reforzar la sensación de seguridad en el hogar, transmitiéndoles la confianza de que no se pierde nada cuando no están garantizando un manejo positivo de la incorporación a la guardería.

3. Integración Positiva a la Guardería

Aquí te planteo una serie de capsulas para manejar de manera positiva el proceso de incorporación a la guardería:

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