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Sucre, el Gran Mariscal, un título bien ganado

Noticias- kikiriki.-  Hace 193 años que el Congreso de Perú, encabezado por el Libertador Simón Bolívar, confirió a Antonio José de Sucre el titulo de Gran Mariscal de Ayacucho, una distinción ganada en la lucha por la independencia de América.

Como su nombre lo dice, fue la liberación de los pueblos del Sur en la batalla de Ayacucho, el 9 de diciembre de 1824, lo que dio el toque final a una distinguida carrera.

En esta batalla, el joven general asumió el mando del Ejército Unido Libertador del Perú y dio paso al fin de la dominación española en América del Sur, al derrotar a las fuerzas del Ejército Real del Perú, dirigido por José de la Serna.

El 11 de febrero de 1825, el Congreso de Colombia lo había nombrado como General en Jefe por su destaca participación en la Batalla de Ayacucho.

Antonio José Francisco de Sucre y Alcalá es considerado como el militar más completo de los próceres de la independencia.

Nació el 3 de febrero de 1795 en Cumaná, denominado en 1898 como estado Sucre, al nororiente de Venezuela, hijo del teniente coronel Vicente de Sucre y Urbaneja y María Manuela de Alcalá. Nieto de un cubano e integrante de una familia de larga tradición militar al servicio de la Corona española.

Como militar se formó en los valores de orden, disciplina y autoridad, al tiempo que realizaba estudios de matemáticas, agrimensura, fortificación y artillería.

A los quince años se alista en el ejército patriota como alférez de ingenieros y participa en la campaña de Francisco de Miranda (1812) contra los realistas, durante la cual fue ascendido a Teniente.

Luego de la derrota de este primer intento emancipador, se refugió en la isla caribeña de Trinidad, donde entabló contacto con el prócer Santiago Mariño, a quien siguió en 1813 en la expedición de reconquista de Venezuela, en la que tomó Cumaná e intervino en la organización del ejército de Oriente y nombrado teniente coronel debido a los éxitos logrados.

En 1814, como Edecán del General Mariño, asistió a la unión de las fuerzas del Oriente con las de Occidente en los valles de Aragua (centro-norte de Venezuela), pero su Ejército es derrotado en Aragua y Urica, y tuvo que buscar refugio en las Antillas.

En 1815, regresó a Venezuela y participa en la conquista de Cartagena de Indias, desde donde pasa a combatir en Guayana y el Orinoco. Un año después es nombrado por Mariño como Jefe de su Estado Mayor con el rango de coronel y Comandante de la Provincia de Cumaná.

A su larga historia militar se suma que el 17 de septiembre de 1817, Sucre fue designado por Simón Bolívar como Gobernador de la Antigua Guayana y Comandante General del Bajo Orinoco.

Un mes después es nombrado Jefe de Estado Mayor de la División de la Provincia de Cumaná, bajo las órdenes del General José Francisco Bermúdez, también prócer de la independencia venezolana.

A partir de 1819 se convirtió en uno de los principales colaboradores de Bolívar, sobresaliendo por su pericia estratégica y su inquebrantable lealtad al Libertador.

Sucre se convirtió en uno de los mejores lugartenientes de Bolívar, se ganó su amistad, respeto y destacó siempre por sus dotes militares y su elevado sentido de la moralidad.

Acompañó a Bolívar en la victoriosa batalla de Junín, del 6 de agosto de 1824 y, al frente del Ejército patriota en ausencia de Bolívar, venció en Ayacucho el 9 de diciembre de 1824, en la que brilló por sus extraordinarios dotes de estratega.

Bolívar define la ejecutoria de Sucre en Ayacucho con palabras elogiosas: ‘Disposición perfecta, ejecución divina y maniobras hábiles y prontas’ fue la caracterización que hizo el Libertador al conocer el diseño y los resultados de la batalla.

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