Noticias- Kikiriki.- Un estudio realizado por la Universidad del Hospital Infantil de Zúrich, Suiza, evaluó a 500 niños y llegó a la conclusión de que aquellas que durmieron en la cama de los padres hasta después de los 6 meses tuvieron la tendencia a seguir con ese hábito por más tiempo. Dejar o no el niño dormir en su cama es una elección de los padres, siempre que haya siempre la seguridad, con bebés menores, por ejemplo. Pero, si crees que ya está a la hora de tu pequeño dormir en la cama de él, ve algunos consejos que te pueden ayudar en ese proceso.
Sin presión
La hora de dormir es un momento de paz y relajación, si han optado por hacer esa transición de camas y eso todavía no ha sido muy bien aceptado por el niño, haga todo con calma y cariño. ¡En los primeros días todo será muy nuevo, por eso uno de los padres puede quedarse en la habitación del niño hasta que se duerma – pero no haga nada escondido! Converse antes con ella, dile que ella tendrá que dormir en la habitación de ella y que te quedas con ella hasta que ella se duerma. De lo contrario, ella tomará un susto al despertar y se verá sola en aquel ambiente, generando inseguridad y aún más dificultad en el proceso.
Continúa intentando
Después de acostumbrarse a dormir en la cama de los padres algunos niños pueden tener dificultad para dormir solos en otra cama y en habitaciones separadas de la casa. Por eso, es importante persistir en los intentos, aunque el niño llore. Uno de los padres puede ir a calmarla, pero mantener la decisión.
Luz apagada
Muchos niños tienen miedo de la oscuridad, por lo que es natural que algunos padres dejen la luz de la habitación del niño encendido. Si su pequeño tiene miedo, usted puede dejar una luz más débil conectada, como de una lámpara o luz de toma.
Sea comprensivo
Puede que su pequeño no le guste dormir solo solo porque se adaptó a dormir con usted, pero puede ser que él esté pasando por algo. Por eso hay que estar siempre atento a las señales y al que el niño expresa. Comenzar el proceso de transición de cama cuando el niño está enfermo o en algún momento en que se siente más vulnerable no es la mejor opción. El miedo también puede acabar siendo uno de los principales villanos en esa hora, entonces ayúdala a encarar esos miedos – sea “buscando y sacando” al monstruo del armario o de debajo de la cama o sea dando herramientas para que el niño entienda sus miedos y los supere.