Infecciones en embarazo alteran respuesta a vacunas de recién nacidos
(Noticias Kikiriki).-Los bebés de las mujeres infectadas con malaria o helmintos en el embarazo desarrollan una respuesta inmunológica alterada a las vacunas contra la Haemophilus influenzae (Hib) y la difteria (DT), según revela un estudio de Kenia.
Para el equipo de Indu Malhotra, de Case Western Reserve University, Cleveland, Ohio, los resultados demuestran la necesidad de controlar y prevenir mejor las infecciones parasitarias en el embarazo.
“Las campañas para eliminar los gusanos tienen que estar orientadas a las embarazadas, a los bebés y a los niños pequeños para reforzar la respuesta a las vacunas”, publica el equipo en PLOS Neglected Tropical Diseases.
Los autores evaluaron a 450 mujeres de Kenia para detectar malaria, esquistosomiasis, filariasis linfática (FL) y los helmitos intestinales.
Un “abrumador” 79 por ciento de las mujeres estaban infectadas, el 44,7 por ciento con FL, el 33,8 por ciento con anquilostomiasis, el 32,4 por ciento con esquistosomiasis y el 27,6 por ciento con malaria.
Luego del esquema de vacunación habitual (a las seis, 10 y 14 semanas), el equipo monitoreó a los recién nacidos dos veces por año hasta los 36 meses de vida. Les evaluaron los valores de inmunoglobulina G (IgG) contra la Hib, la DT, la hepatitis B (Hep B) y el toxoide del tétanos (TT).
Los bebés de las mujeres con malaria, LF o anquilostomiasis durante el embarazo desarrollaron niveles significativamente más bajos de la IgG contra la Hib después de la vacunación, aun tras controlar la edad, la paridad, la educación y los ingresos maternos, además de las infecciones parasitarias infantiles.
La esquistosomiasis materna sola no influyó en los niveles de la IgG específica, mientras que la malaria, la LF, la esquistosomiasis y la anquilostomiasis no tuvieron efecto alguno en la respuesta a las vacunas contra la DT, la Hep B o el TT.
Los bebés de las mujeres con tres o más infecciones en el embarazo desarrollaron niveles de IgG significativamente más bajos contra la DT a los seis y 12 meses, lo que no ocurrió con si la madre había padecido menos infecciones.
“Mientras los bajos niveles detectados de respuesta no superan el efecto protector individual de la inmunización, favorecerían la portación crónica de los patógenos y la transmisión continua de la enfermedad en las comunidades afectadas”, publica el equipo.
Los Institutos Nacionales de Salud, la Fundación de Bill y Melinda Gates, y la Colaboración de Ciencia Clínica y Traslacional de Cleveland respaldaron el estudio. Los autores declararon no tener conflictos de intereses.